NOVELISTA. AUTORA AUTOPUBLICADA.


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Alex Florentine

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INTERCAMBIO


 


 

Tu mano siento fría

cuando acaricias sutilmente por encima del pantalón

menos de lo que me gustaría

aquí, mientras nos besamos sobre el escalón.

No quiero parecer una golfa,

pero no comprendo qué hacemos aquí,

cuando te dije que estaba sola,

y que a mi piso, podíamos ir.

Te lo vuelvo a repetir al oído

y siento en mi entrepierna,

que tú perderás el partido

y ya, ceso de pensar como cerda.

Es lo que tiene la bebida,

que ya sabes que nos vuelve adictos

y más si tomamos sin comida

volviéndonos distintos.

Aquí y ahora, cambian los roles

dejaré de insinuar y pasaré a imponer

lo que gritan mis ojos encima de mis mejillas con arreboles:

lo que ya no se puede posponer.

Aquí y ahora, bajo la luz de la luna,

apóyame contra la pared

hazme tuya

porque mañana habrá otra noche y ya sabes cuál es tu papel.

 

Gracias por pasarte por aquí!

Nos vemos pronto ;* 

Foto: Pexels

LAMENTARÁS...


 

Bajo la luz de la luna

voces formadas sin aire se escuchan

mostrando que el terror no tiene nombre

y que asusta cuando ves el interior vacío de una capucha.

Somos miedo y despertamos monstruos,

que salen de la tumba

en busca de almas impuras,

a su antojo.

No temas si estos versos despiertan en ti temor

esa fue mi intención al escribirlos

deberías saber que casi todo transformo en letra menos el amor

porque ese tiene cuatro letras y yo prefiero dar miedo;

mínimo cinco: temor.

Desde pequeña me gusta lo oscuro, lo siniestro

fantasmas, monstruos, esqueletos, espectros…

Llámalos como gustes, sé que les tienes miedo.

Como la mayoría, a lo desconocido,

a lo que no ves,

a lo que no entiendes,

cuando debieras temerle más

a lo que están haciendo nuestros dirigentes.

Algún día sentirás verdadero miedo

y no a la oscuridad,

a plena luz del día,

te escucharé lamentar y gritar

porque será tarde cualquier rebeldía y modo de evitar

fruto de la cobardía

al fin, verás la verdad.

Muchísimas gracias, como siempre, por dedicar un ratito a mis letras.

Un abrazo y feliz septiembre.

Foto del banco de imágenes Pexels.

LA VECINA


 

Salgo de noche,

no tengo que rendir cuentas

ni escuchar reproches.

Llegaré a casa a la hora que me dé la gana

porque es cosa mía si es demasiado tarde

o bien temprana.

Puedo llegar borracha, sola,

o con un tal Javier o una Susana.

También con los dos porque ella sea mi hermana,

y con la consecuencia de cambiar las sábanas antes del fin de semana.

Me da igual que me mires,

que señales, que critiques,

porque sé que envidias lo que sucede tras estos tabiques:

Algo que a ti te falta

por eso la rabia te asalta

al imaginar allí apoyada mi espalda

mientras Javier y Susana, me mantienen alzada.

Ya olvidaste lo que es sentir en tu cuerpo

el placer hasta la madrugada;

el tener que morder la almohada

cuando del orgasmo sientas la llegada,

y los dedos de ella, el sable de él, o ambos...

En tus entrañas

haciendo que agua salada aflore entre tus pestañas

y que el grito se quede tras las ventanas.

 

Muchísimas gracias por regresar (y disfrutar) conmigo. Nos vemos pronto ;)

Fotografía: Banco de imágenes Pixabay.

CÓMEME...


 

 

 Ansías la comida.

La que con tus ojos admiras,

la que cubre mi piel en forma de rodajas y la que tienes que tomar sin perder bocado.

Porque con la comida no se juega;

como decía mi abuela: tirarla es pecado.


Hace calor en el cuarto:

el hielo está ya derretido

y la piel de gotas saladas perlada.

Por la mía arrollan pequeños ríos de sudor; entre mis muslos apretados.

¡Maldigo el momento en que permití ser atado!

Hace un rato, y en ningún momento intimidado,

llegamos a su casa con el pretexto de tomar la última pues los bares estaban cerrados.


No recuerdo cuándo consentí quedar casi como Cristo en la Cruz,

pero encima del colchón,

y para más inri, con complejo de un expositor de alimentación.


Ella pecando, tirando la comida en el suelo,

y yo rezando y pensando en que cuando me suelte, no tendré consuelo.

Porque como también decía mi abuela:

el ejercicio, antes de comer.

Yo aún no lo he hecho, pero hambre tengo mucha.

 

Muchas gracias por visitar mi blog. Buen provecho...

Créditos de la imagen: Pixabay

RIMANDO EN NEGRO



 

Bajo la luz de una luna

que influencia las mareas,

dos cuerpos inertes aparecen sobre la arena.


Con jirones de ropa

y la mirada en la inopia,

las mandíbulas rígidas

y la piel grisácea como el color de una mal fotocopia.


Medio desmembrados han sido, contra las rocas.

Comida de los peces;

pequeños mordisquitos alrededor de la boca

delatan que eligieron la carne más sabrosa.


Los hombres de negro toman notas

en blocks de hojas medio rotas,

con teléfonos viejos, de tinta seca,

similar a la sangre de los cuerpos que tienen cerca.


Llegan furgones a juego con el día,

con los trajes de los policías,

con los cuerpos que rezuman en la orilla.


De ellos se bajan personas ataviadas con unos monos blancos,

que cubren todo el cuerpo y en las cabezas, cascos.

Colocan cartones en el suelo,

toman fotos de cerca y lejos.

Otros se acercan y miran los ojos sin vida,

oyéndose preguntarse a más de uno el porqué de que no esté el lugar vacío.


Muchas más fotos después,

y tras espantar a las hambrientas gaviotas,

cubren los cuerpos con unas sábanas blancas

y de uno de los furgones, bajan unas camillas

cuyas ruedas patinan sobre una arena que parece gravilla.


Más tarde, furgón, coches policiales, hombres de negro y blanco, gaviotas y gente,

se van despacio, mientras el sol aparece.

Hoy será día de playa, los rayos asoman entre las nubes,

lo que parecía un día gris cuando salí a ver mi obra maestra

cuando no puede, no me contuve.

 

Gracias por la visita.

Foto: Pexels.






EN CASA


 

 

Dicen, que la vida es un segundo;

yo confirmo que sí,

y que las horas, te llevan a otro mundo.

Cambié el marrón, árido y yermo,

por el verde brillante y el azul eterno.

El calor asfixiante

por el rocío sobre las hojas al amanecer,

por las noches frías

y por poder salir a pasear después de comer.


Subiré montañas y en las playas me bañaré.

Tengo lo que quiero y lo que deseo, lo tendré.

Hija de la gaita

de la lírica cantada,

nunca juego con las rimas aunque escriba bien sencillas.

Eso sí, con las palabras (como con casi todo) hago lo que me da la gana.

 

Foto: Pexels.

Gracias por pasaros.

Estoy de mudanza en mudanza ;)

ALIENTO


 


Tu aliento es como viento que remueve arena en el desierto
y erizas mi piel poniédome el vello de punta.
Son emociones con las que nuestros corazones laten al compás
que marca un metrónomo,
haciéndonos ver estrellas, tierras y galaxias
no descubiertas por ningún astrónomo.

Tus labios dibujan oasis sobre esta tierra yerma
al transformarse tu vapor, en agua sobre mi piel.
Dejando pequeñas zonas húmedas sobre ella,
mientras en los míos ansío tu miel.

Tus manos son el fuelle que aviva una fragua para forjar un metal
al deslizarse con lentitud sobre mi ser y de una forma letal;
hacia abajo, a la vez que tus ojos no dicen nada
y los míos piden que de una vez, descargues tu agua.


Gracias por pasaros, siempre. Kiss, beso, 接吻, beijo, baiser, kuss.

Foto: Ana María Moroz en Pexels

ENTRE EL CUERPO Y EL ALMA...



En las ruinas de la antigua fortaleza
donde dos torreones ostentan aún su grandeza,
las brujas se reúnen, danzan y enloquecen y,
tirándose de las ropas y del cabello
pareciera que invoquen o recen
mientras miran al cielo.

Aquelarres en la noche:
cuando aúllan los coyotes,
cuando los cuerpos celestes dan por terminado el día,
cuando tiene sentido la astrología.

La noche da miedo a unos cuantos,
dicen, que es cuando el demonio se puede manifestar a causa de ciertos cantos.
Diagramas astrológicos y cartas astrales
fueron descubiertos e interpretados como sobrenaturales;
con los símbolos del zodiaco, algunas sustancias y minerales
surgieron teorías culturales, morales y sociales.

Los alquimistas fueron considerados brujos
porque cuanto más diferente seas, del diablo tienes influjo.
Fue, es y será, que cuando algo no es comprensible para la mente humana
se habló, habla y hablará, de esoterismo, magia y vida pagana.

¿Por qué tenéis miedo de lo que no se ve?
Es una pregunta que me viene a la mente
de la que sigo esperando respuestas,
alegaciones, argumentos y pretextos.
Yo mientras, seguiré con versos,
invocando, explicando y defendiendo
algo fuera de mi entendimiento.

Muchas gracias, siempre, por pasaros y comentar. O por pasaros nada más. Soy fácil de contentar...

PERDIDA EN EL TIEMPO




Sir Pillacius me había embaucado.
Intuía que tanto bailar conmigo
y prestarme atención,
tenía gato encerrado.
Mas ahora, qué hago.
En esta sucia habitación,
desperté y me estoy congelando.
No sé por qué estoy aquí,
ni siquiera cuando subí.
Achaco a que no recuerdo,
por algo que bebí.
Amaneció afuera,
pero tras estas gruesas paredes,
el frío cala hondo,
ni respirar puedes.
Y yo, que comí poco por miedo a reventar las costuras,
ahora tengo también hambre, fíjate qué tesitura.
La ventana está muy alta,
salir por ella sería quizás para romperse la espalda.
Me fijo en que en la sala hay muchas armas, espadas, algún hacha…
Cosas que no sé usar, pues soy muchacha.
Lo que no entiendo es qué hace aquí dentro un cañón del regimiento.
Guardado como un tesoro,
no encuentro razonamiento.
Espera, oigo voces afuera.
En el pasillo, o donde quiera que sea.
Mis manos como puños golpean la puerta.
El sonido que hago es apagado, me desconcierta.
Las voces se acercan,
serán varias personas las que aparezcan.
Hacia atrás me retiro,
cuando en la cerradura escucho el sonido.
Una llave, abren…
Las personas visten con ropas extrañas.
¿Qué clase de burlas son estas patrañas?
¿No me ven? Muda me quedo,
cuando a través de mi cuerpo pasan sin miedo.
¿No me oyen? Yo sí puedo,
hablan de mí; un asesinato, solo un recuerdo.

 

Foto:  @Marijose (Instagram)

DAME GASOLINA...




 

Échame gasolina y sé mi conductor;
pura adrenalina; poquita vitamina;
una pizquita de proteína,
para mi motor.
Méteme primera y acelera.
Sáltate segunda, y ponme la tercera.
Cuarta, quinta y sexta; ahí ya,
ronroneo, mi respuesta.
Agárrate donde puedas, tengo el motor revolucionado,
el agua hirviendo, el destino, determinado.
Acaso quede sin ruedas, no me importará mi estado.
Te dejaré sin respiración, cuando vengan las curvas.
Ahí podré comprobar, si eres tan valiente
como aseguras.
No quiero titubeos, solo déjate llevar en mi aventura.
Solo te pido,
que cuando ya no quieras correr,
seas considerado y me lleves de paseo,
seas siempre, mi chófer.
Así que, pon la marcha atrás,
y guárdame cerquita;
así usarme podrás,
de forma infinita.

Foto: @Ettrujillo en Pixabay



MATA HARI



Te veía en televisión, en ruedas de prensa y víctima de la desolación. No teníais pruebas, creíais que era un hombre; y decido que esta noche, de mi sepas hasta mi nombre.

Te espero en el bar, te fijas en mí, alguien vulgar; con quien compartir. Me invitas a beber, dejándote mi afirmación, claro, el fin que la noche va a tener. Sé que vives cerca, en ese pequeño apartamento porque tu mujer te abandonó con las cuentas al descubierto.

Consigo que subas las escaleras, tengo que abrirte la puerta, y apoyarte en la pared, porque no ves apenas. 
Me pides que espere en el salón, te darás una ducha fría para quitarte la borrachera, y reavivar la tensión.
 
Oigo el agua en el baño, aprovecho y voy a tu habitación, busco tu arma, la tomo, y me siento en el sillón. Las esposas colocadas sobre la cama, esperan órdenes que deberán ser ejecutadas.

Cuando sales estoy casi sin ropa; solo llevo mi lencería, mis zapatos y mis medias de rejilla. Por tu respiración, creo que recuerdas, que hacia tiempo había jugado al poli y al ladrón, siendo yo pequeña. Confirmo que tu ser se despierta; por verme con las piernas y la blusa, abiertas.

Te pido con el arma, que te acuestes en la cama; que y ahí, sobre el colchón, juegues con la tuya para mi satisfacción.
 
Me levanto y te apunto, sugiriendo un cambio de escena. Ahora dejaŕe mi arma, y agarraré la de tu entrepierna.
No se sí me detendrás por comportamiento inadecuado, por algún delito de ley, aunque a nada te estoy obligado. Esposo tus manos al cabecero, mientras siento en los muslos, tu caliente aliento de deseo.

Retrocedo, estoy detenida; tu arma está cargada y eres la autoridad, me coloco sobre ella y me someto a su voluntad.
Justo cuando disparas, descubres la verdad.

Foto: Murat Esibatir, Pixels