CÓMEME...
Ansías la comida.
La que con tus ojos admiras,
la que cubre mi piel en forma de rodajas y la que tienes que tomar sin perder bocado.
Porque con la comida no se juega;
como decía mi abuela: tirarla es pecado.
Hace calor en el cuarto:
el hielo está ya derretido
y la piel de gotas saladas perlada.
Por la mía arrollan pequeños ríos de sudor; entre mis muslos apretados.
¡Maldigo el momento en que permití ser atado!
Hace un rato, y en ningún momento intimidado,
llegamos a su casa con el pretexto de tomar la última pues los bares estaban cerrados.
No recuerdo cuándo consentí quedar casi como Cristo en la Cruz,
pero encima del colchón,
y para más inri, con complejo de un expositor de alimentación.
Ella pecando, tirando la comida en el suelo,
y yo rezando y pensando en que cuando me suelte, no tendré consuelo.
Porque como también decía mi abuela:
el ejercicio, antes de comer.
Yo aún no lo he hecho, pero hambre tengo mucha.
Muchas gracias por visitar mi blog. Buen provecho...
Créditos de la imagen: Pixabay
Me encantó!! Primera vez que leo una de tus entradas ... creo que seguiré entrando y leyendo.....
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