NOVELISTA. AUTORA AUTOPUBLICADA.


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Alex Florentine

ROJA NAVIDAD...


 

Y Papá Noel trajo el hacha al leñador…

A un Papá Noel que duerme, exhausto, todavía con la ropa, las barbas y el gorro, boca abajo sobre un colchón de motel.

Maldito encargo.

Las fiestas navideñas son para pasarlas en familia, y no debo de pensar en que acabo de fastidiarlas a una. Necesitaba el dinero porque la mía, de este modo, sí tendría cómo y con qué festejarlas.

El trabajo está mal. ¡Cómo para exigir o tener remilgo alguno!

Con lo que me había costado encontrar el ideal para observar algo más acerca de ellos y su vida, y trazar el plan perfecto.

La maldita y consentida mocosa, día tras día, se subía a mis rodillas y con voz chillona pedía un juguete diferente. Malcriada de las narices.

Mientras tanto, su madre tomaba fotos con un móvil de carcasa dorada y piedrecitas de colores formando los pétalos de una cursi flor que pareciera dibujada por un niño de la edad de su hija.

Esta, todavía tenía el descaro de confesar que menos mal que los Reyes Magos venían después, ya que año tras año, Papa Noel —o sea, yo. Incluso me recriminó— no le dejaba bajo el árbol todo lo que había pedido.

Basándome en la realidad alegué que eran recortes de personal. Pocos elfos querían trabajar de noche sin percibir un salario más alto.

¿¡Qué diablos hacía yo hablando de economía con una cría de seis años!?

Pero es un trabajo.

Y ese trabajo salió bien.

Rojo sobre rojo, pasa desapercibido.

El pelo blanco es sintético.

Llevo guantes en las manos, como es tradición…

Una notificación del móvil me saca de mi duermevela. Me doy cuenta de que los guantes están cuarteados y menos blancos de lo que debieran y me cuesta agarrar el maldito cacharro.

Me acaban de hacer un ingreso.

Es bueno desperezarse tranquilamente cuando despiertas. Me giro, la barba está a juego con los guantes y ofrece cierta tirantez a mi piel.

Hoy es veinticuatro de diciembre, la gente está agobiada y corriendo de un lado para otro. Pasaré por el hipermercado antes de ir a casa. Esta noche es Nochebuena y mañana, Navidad.

Hoy llegará Papá Noel a muchos hogares.

Pero al de la mocosa, no.

Tampoco lo harán los Reyes Magos, pero para ese día quizás no pida cosas materiales…

Si es que se veía venir… De tales palos, tal astilla.

Pero gracias a esos palos, tengo trabajo y Papa Noel vendrá a mi casa hoy.

Muchísimas gracias por pasaros... Id preparando la Navidad ;). 

Foto de Pexels.

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