LA VECINA
Salgo de noche,
no tengo que rendir cuentas
ni escuchar reproches.
Llegaré a casa a la hora que me dé la gana
porque es cosa mía si es demasiado tarde
o bien temprana.
Puedo llegar borracha, sola,
o con un tal Javier o una Susana.
También con los dos porque ella sea mi hermana,
y con la consecuencia de cambiar las sábanas antes del fin de semana.
Me da igual que me mires,
que señales, que critiques,
porque sé que envidias lo que sucede tras estos tabiques:
Algo que a ti te falta
por eso la rabia te asalta
al imaginar allí apoyada mi espalda
mientras Javier y Susana, me mantienen alzada.
Ya olvidaste lo que es sentir en tu cuerpo
el placer hasta la madrugada;
el tener que morder la almohada
cuando del orgasmo sientas la llegada,
y los dedos de ella, el sable de él, o ambos...
En tus entrañas
haciendo que agua salada aflore entre tus pestañas
y que el grito se quede tras las ventanas.
Muchísimas gracias por regresar (y disfrutar) conmigo. Nos vemos pronto ;)
Fotografía: Banco de imágenes Pixabay.
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