Y Papá Noel trajo el hacha al leñador…
A un Papá Noel que
duerme, exhausto, todavía con la ropa, las barbas y el gorro, boca
abajo sobre un colchón de motel.
Maldito encargo.
Las fiestas
navideñas son para pasarlas en familia, y no debo de pensar en que
acabo de fastidiarlas a una. Necesitaba el dinero porque la mía, de
este modo, sí tendría cómo y con qué festejarlas.
El trabajo está
mal. ¡Cómo para exigir o tener remilgo alguno!
Con lo que me había
costado encontrar el ideal para observar algo más acerca de ellos y
su vida, y trazar el plan perfecto.
La maldita y
consentida mocosa, día tras día, se subía a mis rodillas y con voz
chillona pedía un juguete diferente. Malcriada de las narices.
Mientras tanto, su
madre tomaba fotos con un móvil de carcasa dorada y piedrecitas de
colores formando los pétalos de una cursi flor que pareciera
dibujada por un niño de la edad de su hija.
Esta, todavía tenía
el descaro de confesar que menos mal que los Reyes Magos venían
después, ya que año tras año, Papa Noel —o sea, yo. Incluso me
recriminó— no le dejaba bajo el árbol todo lo que había pedido.
Basándome en la
realidad alegué que eran recortes de personal. Pocos elfos querían
trabajar de noche sin percibir un salario más alto.
¿¡Qué diablos
hacía yo hablando de economía con una cría de seis años!?
Pero es un trabajo.
Y ese trabajo salió
bien.
Rojo sobre rojo,
pasa desapercibido.
El pelo blanco es
sintético.
Llevo guantes en las
manos, como es tradición…
Una notificación
del móvil me saca de mi duermevela. Me doy cuenta de que los guantes
están cuarteados y menos blancos de lo que debieran y me cuesta
agarrar el maldito cacharro.
Me acaban de hacer
un ingreso.
Es bueno
desperezarse tranquilamente cuando despiertas. Me giro, la barba está
a juego con los guantes y ofrece cierta tirantez a mi piel.
Hoy es veinticuatro
de diciembre, la gente está agobiada y corriendo de un lado para
otro. Pasaré por el hipermercado antes de ir a casa. Esta noche es
Nochebuena y mañana, Navidad.
Hoy llegará Papá
Noel a muchos hogares.
Pero al de la
mocosa, no.
Tampoco lo harán
los Reyes Magos, pero para ese día quizás no pida cosas materiales…
Si es que se veía
venir… De tales palos, tal astilla.
Pero gracias a esos
palos, tengo trabajo y Papa Noel vendrá a mi casa hoy.
Muchísimas gracias por pasaros... Id preparando la Navidad ;).
Foto de Pexels.